páncreas artificial: ¿esperanza para la diabetes tipo 1?

Como lo prometido es deuda, aquí la ampliación de la noticia que publiqué hoy, por la mañana, acerca del páncreas artificial.

El poder controlar las subidas y bajadas de glucosa de forma mecánica sin la necesidad de estar realizando pinchanzos en la piel frecuentemente es el sueño de toda persona con diabetes tipo 1, como yo, y de los padres cuyos hijos tienen esta enfermedad.

El páncreas artificial es uno de los proyectos donde más esperanzas tenemos depositadas las personas con diabetes tipo 1. Un dispositivo que mejore nuestra calidad de vida capaz de controlar la cantidad de insulina que necesitamos de forma automática, en cada momento y evitando que tengamos que pincharnos. Un dispositivo que cuando confirme su eficacia a través de todas las pruebas que son necesarias, logre que las personas con diabetes seamos mucho más independientes en la toma de decisiones y convivamos con nuestra diabetes de otra manera. 

Los datos de dos estudios publicados en la revista The New England Journal of Medicine nos acercan un poco más a este sueño, pues muestran en un reducido grupo de pacientes - adultos y adolescentes - que es posible controlar la glicemia con el páncreas artificial.
Los responsables del trabajo, investigadores de la Universidad de Boston y del Hospital General de Massachusetts (EEUU), llevan años evaluando esta herramienta para comprobar si es eficaz y segura en el control de la glicemia y evitar tanto las subidas de azúcar, hiperglicemias, como las bajadas, hipoglicemias.

En efecto, en 2010 publicaron los datos de un estudio similar pero con menos participantes. Los datos que ahora publican corresponden a la evaluación de una nueva versión de aquel dispositivo empleado hace cuatro años. "El elemento clave de la nueva versión es que es portátil,  permitiendo a los participantes estar realizando su vida normal, realizando ejercicio y comiendo lo que quieren", afirma Steven Russell, coautor del estudio y profesor de medicina en el Hospital General de Massachusetts.

"En los dos estudios este dispositivo superó nuestras expectativas en términos de capacidad para regular la glucosa, prevenir la hipoglicemia y adaptarse automáticamente a las variadas y diferentes necesidades de adultos, algunos de los cuales eran muy sensibles a la insulina, y adolescentes, que normalmente requieren mayores dosis de insulina", explica Edward Damiano, del Departamento de Ingeniería Biomédica de la Universidad de Boston y principal investigador del proyecto. "No hay una actual terapia estándar que pudiera compararse con los resultados que hemos visto", asegura.
Crédito: AP/ Departamento de Ingeniería Biomédica de la Universidad de Boston
El páncreas consiste en un terminal (arriba) y dos
bombas que administran insulina y glucagón. 

El páncreas artificial en esta versión americana está formado por un sensor extraíble, insertado bajo la piel mediante una aguja muy fina, que controla en tiempo real los niveles de glucosa en sangre. Estos datos son enviados cada cinco minutos a un teléfono móvil (iPhone 4S), que tiene un software con el que es capaz de comunicarse y controlar dos bombas de infusión. En función de si estos niveles son altos o bajos, se activa una bomba u otra, es decir, se administra insulina o su hormona opuesta, glucagón. Además, este móvil cuenta con una aplicación (app) por la que los pacientes introducen información inmediatamente antes de comer. La App les pregunta si la comida es el desayuno, almuerzo o cena y si el contenido en carbohidratos será el habitual, mayor o menor.

En uno de los estudios, 20 adultos llevaron durante cinco días este dispositivo mientras permanecían dentro de un área de algo menos de un kilómetro en la ciudad de Boston, lo que permitía una vigilancia mediante wireless por parte del equipo de investigadores. Todos estuvieron acompañados por una enfermera las 24 horas al día y durmiendo en un hotel, pero por lo demás realizaron una vida normal. En el segundo estudio, 32 jóvenes de 12 a 20 años, llevaron el dispositivo el mismo tiempo mientras estaban en un campamento de jóvenes con diabetes tipo 1. También estuvieron controlados por este equipo de profesionales durante este tiempo.

"El páncreas artificial redujo los valores medios de glucosa a niveles que se relacionan con una reducción importante del riesgo de complicaciones diabéticas", explica Russell. Estos niveles medios fueron 138 mg/dL en sangre en los adultos y 142 en los jóvenes. Esto es tremendamente difícil con la tecnología disponible actualmente, por lo que la mayoría de las personas con diabetes son incapaces de lograr estos niveles".

Por otro lado, el dispositivo también logró reducir el número de intervenciones por hipoglicemias un 37% y más de dos veces el tiempo con este problema en adultos que lo llevan en comparación con aquellos con bomba de insulina manual. En los adolescentes, los resultados mostraron dos veces menos actuaciones por hipoglicemia. Además ambos grupos presentaron mejores niveles de glucosa con el páncreas artificial, sobre todo durante la noche.

Si bien aún queda mucho por hacer y probar, este es un gran avance para las personas que tenemos diabetes tipo 1. Ante este tipo de noticias, sabemos que siguen buscando la manera de hacernos la vida un poco más fácil. Esperemos que esta tecnología no se quede sólo en ensayos clínicos, sino que puedan ayudar a las personas que tenemos diabetes tipo 1, lo antes posible.
La esperanza es lo último que se pierde, nos dicen...y en este caso estamos siendo testigos que hay avances tecnológicos y se hacen estudios e investigaciones, lo importante es que esta tecnología pueda llegar a muchas partes del mundo y sea accesible a la gran mayoría.
Mantengamos las esperanzas vivas...

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